Cuando desperté aquella noche, en la oscuridad, pensé en todo lo que me quedaba por recorrer, en todas las guerras que me quedaban por combatir, en todas las luchas por ganar. Lloré al verme inundada por tanta maldad, lloré porque presentía que mi destino me castigaría sin cesar.
Me sentí angustiada, porque de algún modo sabía que no acabaría nunca.
No sabía nada de la vida entonces, apenas era una niña. Suficiente para saber que la vida no era tal como la pintaban los cuentos. Todos luchamos por la misma causa, todos, absolutamente todo el mundo, desde el hombre primitivo hasta el sapiens sapiens. Todos queremos llegar hasta la libertad.
Pero no nos damos cuenta, que por más que queramos, no seremos nunca libres hasta que no perdamos absolutamente todo lo que tengamos. Y en esto estaba totalmente en lo cierto.
Cuando perdemos todo, todo lo que realmente nos importa, ya no tenemos nada más que perder, y es en ese momento en el que nos atrevemos a ser nosotros mismos. Por primera vez en nuestras vidas, nos quitamos la costra que nos envuelve, y hacemos lo que verdaderamente queremos.
Por eso, hoy he aprendido que nunca seré libre, porque soy incapaz de tirar por la borda todo lo que tengo. Porque tengo miedo de perderlo todo, porque quizá sea eso lo que me agarre a la vida, y lo que dé sentido a todo. A lo mejor, si alguien se lo llevara todo por mi...si alguien me lo arrebatara...todo sería más sencillo.
lunes, 2 de noviembre de 2009
Solo somos libres cuando lo hemos perdido todo
jueves, 25 de junio de 2009
Vencí, y gané por ti.
Gané, derroté a los demonios que me perseguían, les vencí.
Ya todo ha terminado por fin. El destino ha elegido ya un camino para mi.
Ahora toca descansar, y hacer todas esas cosas que no pude hacer antes por falta de tiempo. Ahora es tiempo de cambiar, tiempo de innovar, tiempo de realizarme.
Todo ha acabo ya. =)
viernes, 12 de junio de 2009
Confesión
Hace mucho que te puse en un altar.
Volarás como las demás.
Y no podré verte nunca más.
Me deprimo al pensar, que no volveré a tenerte cerca.
La última hora llega.
No fui capaz de decirte, amor, lo mucho que te quiero.
¡Que me arranquen las entrañas si miento!
La amistad pudo con mi entendimiento,
mi corazón desistió en lamentos.
Fuiste la luna que aclaraba mi camino,
Fuiste mi paso a seguir,
dulce y serena, triste condena.
Hoy recojo las flores que un día alguien te regaló,
Las huelo y pienso que podrían haber sido mias.
Mas, nunca lo serán.
Quiero tenerte cerca y tocarte suavemente,
Acariciarte la cara lentamente.
Te quiero, amor, tenlo presente.
La victoria se acerca.
Ya llegó la primera linea del frente. Ya llegaron los primeros demonios.
Los combatí, con toda mi alma y fuerza, y los superé.
El campo de batalla se alzaba amenazador, el sudor recorría nuestras nucas hasta bajar por las espaldas. No hubo descanso, ni momento de vacilación alguno. Los demonios se mostraron firmes, inquebrantables, pero nosotros fuimos mucho más astutos, y gracias al amuleto, supimos vencerles sin problema alguno. La primera linea ya ha caido, pero todavía queda la segunda, la más ardúa. Y no debemos aflojarnos, ni vernos intimidados por ello. Les superarmos como lo hicimos con la primera, así tenga que pagar con sangre.
Ya queda poco, ya queda menos. Apenas un suspiro de descanso, apenas un soplo de vida antes del gran final. No se quedarán conmigo, no me vacilarán. Y por más que se muestren invulnerables, yo los desgarraré uno a uno si hace falta. Elevaré mi lanza, y se la mostraré a las hadas y a los dioses para que me den fuerzas, para que esten de mi lado.
Llevaré mi amuleto siempre encima como símbolo de victoria, y le cantaré a la luna y a las estrellas para que me den la energia que tanto necesito. No vacilaré segundo alguno para vengarme por lo he estado pagando hasta ahora. No desperciciaré ni una solo milecima de segundo en darles una oportunidad para golpearme.
No llegarán ni siquiera a tocarme.
Y eso siempre lo he sabido.
viernes, 5 de junio de 2009
Demonio
Si mi futuro depende de lo que pase de aquí a dos semanas, no dormiré, ni comeré, ni pararé hasta conseguirlo, hasta dejar sin vida a todos y cada uno de los demonios que me acechen.
No podrán conmigo, porque el destino ya esta escrito de atenmano. Porque nací para derrotarlos. Y porque si de verdad me vencieran, mi existencia no tendría sentido. Llevo toda una vida preparandome para esto, luchando por ganar. Años de prácticas, sin descanso. Y por más que me atraviesen, durante los siete días que durará la batalla final, no podrán conmigo, y más ahora que me siento más fuerte que nunca. No podrán conmigo porque yo no los dejaré, no podrán conmigo porque no saben más que yo, y no podrán conmigo porque no pueden combatir con lo que he estado haciendo hasta ahora, con mi existencia.
No les dejaré cruzar las puertas de mi debilidad, no permitiré que abran la más insignificante fisura. Me endureceré y seré muro de piedra inquebrantable. Y aunque lleguen con arietes y catapultas, no derribarán ni una sola piedra, no me tocarán.
Y si ellos juegan a ser los demonios, yo seré más demonio que ellos.
sábado, 23 de mayo de 2009
Último golpe
La última batalla acecha de nuevo. Esta vez, más desafiante. Los solados suben la última cuesta antes de llegar a la cima. El enemigo, más inquebrantable que nunca, alza sus lanzas al frente dispuesto a asestar el último golpe.
Estamos cansados, hace meses que llevamos peleando sin descanso, nuestros músculos estan atrofiados ya... pero no nos detendremos. No dejaremos que el enemigo nos humille, ni por asomo. Nosotros somos más, y somos valientes. Pero por encima de todo eso, tenemos la convicción de que ganaremos. ¿No es eso suficiente para triunfar?
Estamos al límite, desvariando. Pero no nos detendremos, no nos vendremos abajo, pues podemos vencerles. Es cuestión de voluntad, de constancia y de no renunciar. No permitiremos que nos echen a los tiburones. Y aunque sea lo último que haga; me alzaré en pie, herida de muerte, desangrada, y por cada vez que la lanza del enemigo penetre entre mis entrañas, desgarradome, les devolveré la estocada más poderosa que haya lanzado nunca.
Mis uñas son garras que se clavan en la carne, mis dientes son ahora colmillos que se alimentan de sangre, mis ojos rojos son los de un vampiro sediento. Les venceré ya sean cientas las trincheras que intenten detenerme. Les arrasaré por más que ellos me atraviesen.
Ahora soy invencible, inmortal.
martes, 28 de abril de 2009
Yin Yan
¿Qué es lo mejor, lo ideal, lo correcto? ¿De verdad existe un manual que nos diga lo que tenemos que hacer, a quien debemos amar, y a dónde debemos dirigir nuestros pasos? En dicho caso, ¿Quien lo ha escrito?, ¿Quien tiene el derecho de discernir lo que esta bien de lo que está mal para la comunidad?
Volvamos al principio de todo... ¿Qué está bien y qué está mal?
No existe nada malo ni nada bueno en si. Las cosas no son buenas ni malas en su defecto, las cosas son cosas; objetos, emociones, ideas, etc... que estan ahí, que existen y que no necesitan que nadie las interprete de tal o tal manera. Las cosas son básicas, impolutas, estériles, y anti cualquier tipo de etiqueta.
¿Entonces por qué juzgamos a las cosas?
Solo se debe a los perjuicios e ideales absurdos que nos impone la sociedad. Nada es bueno o malo, es solo que debido a ciertos principios y criterios que nos han inculcado desde pequeños, nos basamos en ellos, para diferenciar entre una cosa mala o buena, porque desde siempre nos lo han enseñado así. Y porque el ser humano tiene la real manía de discutirlo siempre todo.
¿Pero qué pasa si yo no quiero decidir lo que es correcto de lo que no lo es? ¿Qué pasa si yo tengo unos criterios diferentes a los que nos impone la sociedad? ¿Qué pasa si yo decido ahora que el infierno es bueno y que el cielo es malo? ¿O si simplemente digo que ninguno de los dos son malos o buenos, pero que simplemente son, estan ahí y punto?
jueves, 16 de abril de 2009
Ahora empieza mi lucha.
Solo es el final del principio, principio que acaba de terminar...
Pronto elevaré mis alas y echaré a volar. Pronto podré gritar todo lo que me mata por dentro. Pronto, espero, seré libre.
Y cuando sea libre dará igual todo lo demás.
Solo queda una cuesta por subir, un peldaño por alcanzar, un árbol por trepar. Y espero que tras ese gran paso sea capaz de reconocerme, y sacar a fuera todo lo que tengo guardado.
Los sueños son complices del deseo, ahora. Pero jamás se cumplirán.
Aún así, me queda todavía mucho por hacer, mucho por lo que luchar. Solo espero tener el valor, cuando llegue el momento, de gritarlo todo.
domingo, 22 de marzo de 2009
No pudieron conmigo.
Hoy siento que la vida me da otra oportunidad.
La tormenta ha pasado, dejando tras de si su estela, pero aún así yo sigo viva. No pudieron conmigo. Aquellos caballeros, esos soldados tan cercanos que amenazaban con quitarme la vida, no lograron traspasarme con sus lanzas. No pudieron atravesar mi piel, dura como el cemento. Ni me lastimaron, ni siquiera llegaron a tocarme.
Ahora me rio, del poder que parecían poseer, me rio de sus expresiones de guerra y violencia, de sus ganas de machacarme. Hoy, eres testigo de que resurjo de mis cenizas, aquellas que el fuego quemó, y las mismas que hoy vuelven a elevarse en alto y a constituirme de nuevo. Me levanto, siempre en pie, y grito al cielo que aquí estoy, y que no pararé aunque todo el mundo entero se empeñe en destruirme.
Nunca más caeré, ya es demasiado tarde para eso.
martes, 3 de marzo de 2009
Fuego, mis cenizas siguen ardiendo.
Abro los ojos, una potente luz me ciega. Hace calor, más de lo normal.
Cierro los ojos, no puedo ver.
Intento pensar con claridad, ¿Donde estoy?, ¿Qué me pasa?, dejo escapar un grito de auxilio. Nada.
Mi pulso se acelera, mi corazón bate con fuerza, al menos sigo viva. ¡Qué consuelo!
Al cabo de un rato logro tranquilizarme, no consigo nada con alterarme. Me concentro, pongo toda mi energia en cada uno de los cinco sentidos. No escucho nada, ni siento nada, ni veo nada. Mas que esa luz intensa que me quema los ojos hasta el punto de tener que mantenerlos cerrados. El calor persiste, cada vez se intensifica más.
Me quema, estoy ardiendo. Puedo sentir, cómo, poco a poco las llamas alcanzan mis manos, y van subiendo a lo largo de mis brazos, calcinandome completamente. Por mi piel sudorosa, van creciendo las ampollas, hasta hacerse todo ceniza. Ceniza que sigue ardiendo en el suelo. Mi cuerpo se consume entero. Grito, pero nadie me oye, abro los ojos, pero no veo nada, tampoco siento nada más que dolor.
El infierno me consume, me traga, como si fueran tierras movidizas. Y yo desaparezco, me atrapa como una araña atrapa una mosca. Ya no puedo volver.
domingo, 1 de marzo de 2009
¿Realmente todo está en manos del Destino?
Un largo sendero se cierne sobre mis pies.
Pedregoso y acosado por las sombras, árboles que tapan el sol.
Camino, despacio, bara en mano, sobre la tierra. Poco a poco voy alzando la mirada que se me pierde en el horizonte. Mis pasos son firmes, decididos, pero estudiados y cautos. Nunca he sido de esas personas que por costumbre andan dando pasos en falso. Sin embargo, el sudor empieza a caer por mi espalda, frente y nuca, dejando así empapadas mis ropas. Cada paso es un sacrificio, es una meta conseguida y pagada con duro esfuerzo. El sol ha desaparecido ya por entre las nubes.
Avanzo, en silencio. El cansancio empieza a hacer mella, se puede apreciar en mi rostro difuminado. Conforme voy adentrandome y dejandome engarzar por las ramas de los árboles, mi respiración entrecortada se dispara. Me va faltando el aire. Y mi corazón late fuerte, me hierve la sangre, colorea mi piel rojiza. Mi garganta arde sedienta, no hay agua para beber, me escasea la saliva. Mi peso va dejandose caer sobre el bastón, incapaz ya de sostenerme en pie. Pero a pesar de ello, sigo caminando, adentrandome por el sendero, a solas.
Después de tanto tiempo, tiempo que araña mi vida, veo porfin una bifurcación en el camino. Que me dirija a la izquierda o a la derecha depende únicamente de un sólo hecho. El Destino.
No hay más opciones, yo no puedo elegir, mas otros elegirán por mí.
lunes, 23 de febrero de 2009
Se nos echan encima.
A lo lejos, los tambores suenan, triste monotonía.
Los soldados se acercan, los siento. Oigo el chapoteo de sus pasos sobre el fango, la música metalica de sus espadas y armaduras. Un grito de guerra se escucha, aterrador.
Ahora los pasos se vuelven rápidos, los soldados corren ansiosos, empuñan sus espadas, alzan sus escudos, deseosos de probar sangre fresca. Se nos echan encima, ya estan aquí.
Mas, nos quedamos de piedra, helados, pues no podemos hacer nada para retrasar la frenética marcha.
Arrojamos las espadas al suelo, bandera blanca en mano. Pero los soldados parecen no percatarse. Sus ojos inyectados en sangre nos buscan nerviosos. Al fin llegan al prado, y sin dudar un instante nos atraviesan fríamente. Sin piedad.
Como una leona caza un conejo. Al más puro instinto animal.
martes, 13 de enero de 2009
Love
Se dice que el amor es lo que da sentido a nuestras vidas. Sin embargo su significado difiere según la interpretación que le demos. Pero independientemente de lo que cada uno piense de esa fuerza mayor, solo existe una verdad cierta adherida a ella:
El amor es una esencia indescriptible de sumo poder que es capaz de consumir hasta la última párticula de nuestra alma, nos vuelve grandes cuando nos sentimos correspondidos, del mismo modo que nos vuelve pequeños cuando no lo somos.