Aunque no supiera cual iba a ser su reacción. Aún sabiendo que estaba comprometida ya. No pude contenerme por más tiempo. Tarde o temprano la verdad iba a salir de mi interior igual.
El problema aquí era saber cual sería el mejor momento. Esta vez, yo no elegí el momento, sino que fue él el que me eligió a mi.
Ahora estoy igual que antes quizás, o quizás no y no lo sepa. Por supuesto ya sabía que de igual modo nada se podía hacer. Pero no voy a negar que aún guardaba la esperanza de que reaccionara de cierto modo.
Ahora solo puedo decir que lo hecho hecho está.
Ya no me queda nada, absolutamente nada. ¿Qué puedo hacer para no pensar más? ¿Qué puedo hacer para borrar dos años de mi vida?
Nada, no puedo hacer nada. He intentado olvidarla, y a pesar de todo no he podido, y sé que nunca podré, que la seguiré amando hasta la muerte, y que igual aparecerá en todos y cada uno de mis sueños.
Y más ahora que se lo he dicho, ahora que lo sabe, ya nada será igual que antes. Ni siquiera sé si quiero volver a verla, si quiero hablar con ella. Todo lo bonito que compartíamos antes se fue a la mierda.
Ahora es cuando siento que la historia se repite. La historia de mi vida, de cómo poco a poco voy perdiendo de la misma forma a la gente a la que realmente quiero. Y sin saber por qué, todo desaparece de mi alrededor, dejándome con mi ya amiga soledad. Y cada vez que me pasa, todo se vuelve igual, el cielo se tiñe de un gris intenso, y mi vida vuelve a dar vueltas, hasta llevarme a ningún sitio en particular. Luego vuelve a pasarme, de encontrar a otra persona, y así todo se encadena...y no logro salir de aquí, y ver la luz.
Es que ya nada me llena. La vida me da igual. No hay nada que me alivie, me cure, y me devuelva a casa. Ya ni siquiera me encuentro a gusto conmigo misma. Nada funciona en mi. Se apagó la llama de mi interior. Aquella que se encendió al nacer, aquella que me iluminaba en los mejores momentos.
Ya nada puedo hacer.
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