sábado, 6 de octubre de 2007

Crees saberlo todo, pero no conoces la realidad.

No es verdad lo que dices.
No es verdad que no sepa escucharte sin oirte, solo que, a veces no se que decir, que hacer, como reaccionar.
Sí. me abriste las puertas a lo más hondo de tu alma, me permitiste entrar al único lugar en el que hablabas de tí, y piensas que lo desperdicié, pero no es verdad. No hables sin saber, sin conocer. Crees conocerme, crees que soy la chica que ves a diario, pero no es así. No tienes ni idea de como me siento, de como pienso, de qué te digo en sueños.
Dices, que me diste tu confianza, lo único que sabes dar y que la he traicionado sin saberlo. Una vez más te equivocas, amiga del alma, me hieres al pronunciar estas palabras. Tú no sabes lo que he hecho por ti, no sabes como te admiro y te aprecio. He leido cada uno de tus comentarios, de tus pensamientos, y te he visto en la noche, en la triste oscuridad que llevas contigo, he analizado tus sentimientos uno a uno y he encontrado tus temores.

Dices que me perdonas, precisamente porque no sé, dices que al darme tu confianza me diste ilusión, dices que te mueres por dentro, que necesitas sentirte mejor y que te hiero al olvidar, te desprecio al mentirte, y te mato cuando te dejo de lado y te hago saber que todo es vano.
Si supieras como soy yo, si me conocieras mejor, sabrías que soy incapaz de olvidar, que todo lo que sucede a mi alrededor, sea malo o bueno se clava en mi interior y que mi fibra sensible sale en mi busqueda todos los días.
Dices que te cambio por una ilusión pasajera, por una diversión efímera, y que duele, duele tanto que podrías gritar, quejarte, llorar, decirme que siempre te dejo sola, y que ya estas harta.
A esto respondo, que no tienes ni idea de lo que representas tú para mí. Que si no te tuviera no se que sería ahora de mí. Es posible que no te demuestre mi aprecio a menudo, pero a estas alturas deberías saber lo mucho que te quiero, eres como una hermana mayor para mí. Me lo has dado todo, has malgastado tu tiempo en mí, en mis ilusiones, y es verdad que en muchas ocasiones no he sabido corresponderte, no he sabido demostrarte lo que vales para mí. Puede que ese haya sido mi mayor pecado, mi tormento, y no sabes como me arrepientoen este instante, como me duele verte así.
Dices que prefieres callar, que no sabes hablar, a veces te dices a ti misma que debes hablar, que yo estoy para ello, pero que no puedes, y que te obligo a permanecer a mi lado por necesidad.
No necesitas hablar, se lo qué te pasa, se como te sientes, te comprendo, te encuentro, pero me siento tan incapaz...no sé que hacer, como reaccionar, como tratar contigo...no me taches de pecadora por no saber reaccionar, no es mi culpa, no me has dado pistas, atajos para ayudarte. Y no, no te obligo a permanecer a mi lado por necesidad, te dejo elegir libremente, solo reclamo tu calor, porque yo también me siento sola en este mundo infame. Somos iguales, dos almas que vagan sin cesar, buscando una luz que posiblemente nunca encontrarán. Y cuando no estás, te echo de menos, ¿Qué hay de malo en eso?, ¿Qué hay de malo en querer estar contigo? se que amas la soledad, pero también se que me necesitas, solo te pido que me dejes acercarme a tí.

Puede que seas tú la que llegues al final de tus días sin saber absolutamente nada, puede que deba decirte esto personalmente, explicarte, con la mano en el corazón, cuanto de admiro.
Pero no puedo yo tampoco, peco por incapaz, por no poder, no tener el valor suficiente, sé que cuando me miras a la cara suplicas mi ayuda, pero no puedo ayudarte si no me dices de qué te escondes, por qué no duermes por la noches.

Ahora lo sé todo, y tú, no sabes que yo lo sé.

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