sábado, 6 de octubre de 2007

Día y noche, sol y luna.

Hoy siento que la casa se me cae encima.
Me siento inútil, no sirvo de ayuda a nadie, ni siquiera para distraer a alguien.
No he salido, no he vivido.
Otro día más de fatalidad, otro día más de amargura.
Escribo para relajarme, para expresar lo que siento, si hoy no hubiera estado aquí para plasmar mis sentimientos, no habría podido soportarlo.
Sigo sin ver una salida que me dé esperanza. Sigo sin poder confiarte lo mucho que te quiero.
Estoy cansada de ir a la deriva en medio de la inmensidad del oceano, sin rumbo alguno. Quiero encontrar un sendero firme a tu lado, en el cual pueda agarrarme. Quiero cambiar, salir de este agujero, ver la luz de la oscuridad, y ser aquella chica timida que callaba por miedo. Quiero volver a soñar por las noches, saciar mi sed. Sólo me queda la poca imaginación que aún conservo, y las ganas de seguir escribiendo.

Y tú, querido, simpre tú, resplandeciente como el día.
Día y noche, sol y luna.
Demuestrame que aún te gusta la luna que contemplas, y yo te diré que mi sol es la base de mi existencia.
Mírame a los ojos y dime eso que tanto quiero oir.
Acerca tus labios a los mios y bésame por primera vez.
Abrázame, susurrame al oido palabras de amor y ternura, búscame y aprende a encontrarme.
Quiero sentirme libre junto a ti. Darte todo lo que tengo, y compartir contigo mi vida y mi corazón.
¿No es ese el motivo por que muero?

Te quiero.

0 comentarios: