Alma en pena, dulce azucena.

Alma atormetada, alma desdichada.
No te escondas, no sufras sola tus penas.
Eres como una mañana de enero,
Fría,
Siempre dulce, niña pequeña.

Te admiro, porque tú sí has sabido encontrar la luz,
Dices que vives en un tormento,
cuando, en verdad, tus ojos brillan por dentro.
Eres pura, limpia alma en pena.

Cuentame eso que tanto quieres decir,
Gritame, pegame, desahogate.

Sabes que puedes confiar en mi, y no quieres.
Sabes que soy tu amiga, tu piel, tuya.

Fiel compañera, como te aprecio,
por ser como eres,
dulce azucena.

Eres la alegría de mi ser,
mi sueño roto,
mi luz.

Confía en mi y se feliz, tu que puedes.