martes, 19 de febrero de 2008

¿Y si....?


Sueño con aquella ave que cruzó la distancia que nos separa en mi lugar, águila en puño, garras al viento, alas doradas. Sueño con un mundo al revés, que me muestre que me quieres de verdad. Sueño con tenerte aquí cerca, a mi lado. Poder tocarte sin tocar el viento, poder abrazarte sin abrazar la almohada, poder mirarte sin mirar al suelo.

Maldigo aquella estrella que si puede verte cada noche, tan risueña, tú. Aquella que observo fijamente esperando obtener algo tuyo, en vano. A las nubes que velan por ti, que te cuidan y te protegen del mal. ¡Ay, si pudiera ser una diminuta particula del aire que roza tu piel a cada mañana!

¡Ay, si pudiera al menos saber lo que haces a cada momento!, Si pudiera meterme en tu cabeza por un segundo...
y mirarte mientras duermes en tu agujero.

El silencio es el que me mata. La soledad que convive conmigo; aquella que me tiene presa, como conejo en diente; que me agarra, y no me suelta.
Como un sueño profundo que no tiene fin...
Despertar y encontrarme con tus ojos en mi cama. Y sonreirte sin más...

Sonreirte,

sin más.
nada más...

Te quierO

domingo, 17 de febrero de 2008

Seré siempre la prisionera de tus ojos, y tú la carcelera de mi corazón.


Y seguiré siendo la misma de siempre, aquella chiquilla que no supo nunca salir de su agobiante tortura, que no supo desatar los braceletes de sus manos, y que nunca jamás morderá el pañuelo que amordaza su boca para decirte lo mucho que te ama.
Viviré siempre al abandono de los que nunca me han amado, que no vienen a ser pocos, y que encarcelan a los que sí lo hicieron en su día.
Lloraré mis penas sola, sin consuelo alguno, sin esperanzas al sol. Seré siempre la prisionera de tus ojos, aquella que nunca supiste ver, y a la que olvidaste pronto. Ni siquiera a mi muerte llegarán triunfos de gloria, ni milagros, ni justicias porque nunca tendré el coraje, ni la valia, ni mucho menos la posibilidad de decirte al oido, suavemente, eso que tanto deseo. Y porque si alguna vez lo hiciera, no encontraría nada salvo dolor, puesto que tu corazón pertenece ya a otro rojo y caliente que duerme junto al tuyo cada noche. Y porque la distancia que nos separa es ya un muro de piedra que se eleva ante nosotras y que no podemos franquear.

Pronto dejaré de ser tu amiga para no ser más que la desconocida que te alaba en silencio. Tú volarás junto a la felicidad y unirás tu corazón al suyo sin mirar atrás.
Ya perdí esta batalla antes de nacer, y con esta también pierdo la guerra de la vida que nunca viviré. Estaré siempre sola, a todo momento, en cualquier sitio, es mi destino, el que me ha tocado vivir. Ya no espero nada de ti, pues ya esperé bastante y no recibí más que dolor. Ese dolor profundo que se clava una vez y no desaparece jamás. Y aunque algún día, en un futuro lejano deje de amarte, siempre perdurará el recuerdo de haber sido el primer amor verdadero que tuve, y también el último que tendré jamás.

viernes, 15 de febrero de 2008

Te perdí.

Y tú también.
Tú también me has dejado de lado, en profundo silencio.
Pasas de mi, como de la mierda.
Eso si que no me lo esperaba, de ti no. Estabamos tan unidas, compartiamos tantas cosas...
y de repente un día, Zas! y todo a la mierda.
Siento que todo se repite de nuevo como aquella vez, todo es exactamente igual.
La sensación de "déjà vu" tan presente ultimamente en mi...
Y parece no importante nada, absolutamente nada, quizás eso sea lo que más me duela, tu indiferencia. Eso que se me mete por dentro hasta los huesos.
Una vez más, no puedo hacer nada, la decisión es únicamente tuya. Y aunque me duela, lo acabaré aceptando porque es lo que tu así has querido.
Solo, quiero que tengas siempre presente una cosa:


No olvides que te quiero, y que siempre estaré "ahí"

jueves, 14 de febrero de 2008

Que fuimos y seremos nada.

Y me di cuenta, que fuimos y seremos nada.
Que en ese momento, ansiaba realmente que él me cogiera en sus brazos, por la fría calle, mientras tú pasabas mirando.
Que el me besara sin más, con esa ternura tan suya, y el deseo inesperado de una sorpresa bajo el brazo.
Ese momento, en el que el tiempo se para...
Momento crucial, grand esplendor.


Hoy siento, que mis sueños nunca se harán realidad.
Que estoy atrapada en un mundo de fantasía y esperanza del que no puedo salir.
Y que deseo, fervientemente que alguien me destape la venda de los ojos, y me haga ver, cuanto he dejado atrás, y cuanto voy a perder luchando por lo que podría llegar a ser presente algún día, pero que no lo será.

Y, al mismo tiempo, no puedo dejar de soñar, porque es lo único que me queda, antes de quedarme con nada.
Sola como nunca, sola como siempre.
Y se que me mata el mismo sol que a ti te alumbra, pero que no puedo hacer nada para apaciguar el tiempo antes de que llegue la noche.

sábado, 9 de febrero de 2008

Balas sin objetivo.


Era de noche ya, cuando un ruido penetró en la cocina. Estabamos en mi habitación, y a las dos nos dió un sobresalto. La puerta había cedido, dejando pasar a cinco hombres enmascarados. De repente, la casa se transformó en un campo de batalla, en medio de la calle.
Cogí el telefono al instante y logré llamar a la policia. Pero los hombres estaban ya allí, y la policía iba a tardar en llegar.
Cogí, sin miramientos, la metralladora de debajo de mi cama, y la cargué de balas hasta el tope. Sin más distracciones, miré por la mirilla y empecé a disparar sin más.
Duerante la confusión de la batalla, ella se entregó a nuestros secuestradores, sin decir palabra me traicionó. La policia no hizo acto de presencia, y a mi se me estaban ya gastando las balas. Desde mi campo de visión, pude entrever una parada de autobús, era de noche ya, pero no importaba, no podía hacer otra cosa, no habían más salidas. Al unisono se unió el ligero chasquido del motor de un autobús que si bien percibía no debía de estar lejos, y que pararía en la parada en breve.
Volví a cargar la metralladora, y abandoné a mis secuestradores y a ella, al salir corriendo por la parte lateral de lo que antes había sido mi casa. Multitud de muros me cubrían, y los sillones cantaron al toparse con las balas enemigas. De cuanto en cuanto, disparaba yo, pero no daba ni una, o al menos solo logré alcanzar a uno de ellos. El cielo era cada vez más, más oscuro, y pareciera como si se callera encima. Aquellos minutos, los que pasaron entre que iba de mi casa a la parada de autobus, se me pasaron eternos. Pero al fin logré alcanzar mi objetivo para cuando llegaba el autobus y me monté en él antes de ser alcanzada por los cinco secuestradores. Y así logré escapar una vez más, como águila que alza el vuelo, de aquella peripecia tan descabellada.

jueves, 7 de febrero de 2008

Bajo la lluvia de aquel callejón.


Conforme pasaban los días, el cansancio y el sueño se iban acumulando en mi, pero eso no fue lo más significativo entre las personas que me conocían. Cada día que pasaba me iba aislando más del mundo, cada nuevo día era la sombra del anterior...
Poco a poco se me fueron marcando las ojeras hasta llegado un momento en el que ya no podía hacer nada para disimularlas. Mi cuerpo, flamelico ya, presentaba una fragilidad sorprendente. En poco mas de 2 meses había adelgazado más de 15 kilos..., sentía como las ganas de vivir disminuían, ya nada me importaba. En aquellos días, la palabra "estudiar" la tenía grabada en la cabeza: desde que el profesor dijo que no tenia madera para soportar las duras clases del bachiller de ciencias puras; supongo que me lo tomé a pecho. Y fue una de esas pocas veces en la vida que se te mete una cosa entre ceja y ceja y no puedes parar de pensar en otra cosa.
Así habia conseguido sobresaliente en todas las asignaturas del curso para cuando llegó el final del segundo trimestre. Pero todo ese esfuerzo, a cambio de perder mi vida personal, y por tanto una grandisima parte de mi misma. Había rechazado ya tantas cosas...¿Que más podía pasarme?

Aquel sabado de febrero, alguien asomó a la puerta. Yo me encontraba en mi habitación, estudiando, como ya era costumbre en mi.
No acudí al instante. Fueron necesarios tres timbrazos para devolverme a la realidad, y deplazarme hacia la puerta.
Era C, mi mejor amiga desde que tenía uso de razón. Nada más abrir la puerta me sacó de la casa y me condució hacia la puerta del portal, yo, ha regañadientes, fui incapaz de rechistar.
Me estopé de narices con la fria brisa mañanera. No había salido a la calle en una semana, tiempo que había consagrado a incasables horas de estudio delante de los apuntes, encerrada en mi habitacion.
Caminábamos hacia la panadería de la misma plaza, cuando al cruzar una de las calles que hacían cruce, un largo brazo me trasaladó hacia la esquina, debajo de una repisa alargada. Antes de ver la cara de mi secuestrador o secuestradora, una mano me abofeteó el moflete izquierdo de tal forma que mis gafas salieron disparadas hacia el suelo...me quedé ahí, helada.
Pocos segundos después, me atreví a fijar la vista en aquella siniestra persona. Era ella, que había venido de tan lejos, ella, a la que habia tratado de olvidar en bano, a la que hacia más de un año que conocía, y con la que había pasado tantos momentos juntos.
Un mar de información me llegó de repente al cerebro. Y una sensación de impotencia me invadió. Me quedé mirandola, y durante un instante mantenimos las dos la mirada. Yo, sabía que me lo merecía, y que por supuesto me merecía mucho más. Había sido una cretina con ella, y la había hecho sufrir, al igual que había hecho sufrir durante aquellos dos meses a todos los que me rodeaban, que no eran pocos, y que se preocupaban por mi felicidad y mi conducta. Porque había cambiado tan radicalmente, y porque estaba hechando mi vida a perder.
De repente, fue como si esa bofetada me devolviera a la realidad. Como si me quitara la venda de los ojos, y me mostrara lo que estaba haciendo. Me avergoncé, si, me avergoncé, por haber sido tan niña. Pero aún así, mantuvimos la mirada un largo rato. Sus ojos, me transmitieron su dolor, y su preocupación hacia mi. Y no hacían falta las palabras para explicar lo que había pasado. Nos lo dijimos todo con los ojos.
Y así, al instante, me besó. Estabamos tan cerca la una de la otra..., era tantos los sentimientos que compartiamos. En mi interior se formó un remolino de ambigüedad. Sentía verguenza, miedo, desprecio , rabia hacia mi, pero a la vez mi corazón se revoloteó juguetón en mi interior. Y yo le correspondí en el beso como sentía. Cuando nos separamos, parecía como si hubiera pasado una eternidad desde que había bajado del portal.
No lo aguanté, necesitaba liberar todos aquellos sentimientos acumulados. Lloré, lloré al abrazarla, sobre su hombro. Y así estuve poco mas de media hora...
No podía..., necesitaba desahogarme, y ella estaba allí.
Y era tan confuso todo..., nada parecía tener lógica.
Pero comprendí, que nada de lo que estaba haciendo hasta entonces servía de algo. Comprendí, entonces, que estaba haciendo mucho daño a muchas personas, que no lo merecían, que intentaban ayudarme, y de las cuales yo pasaba completamente...
Y fue entonces, cuando, milagrosamente, y por un instante fui feliz. Porque, aquel beso, bajo la lluvia de febrero, me hizo sentir de nuevo el inmenso calor de mi corazón, que latía a mil por hora bajo la piel.

sábado, 2 de febrero de 2008

Solitude dans un monde de fous.

La solitude qui m'entoure...si étrange...mais à la fois si nette.

Aujourd'hui, après l'avoir vue, j'ai dessidée de sortir, toute seule. Cette fois ci, ma maison me tomba au-dessus. C'est comme en prison...cette sensation...¿Comment l'expliquer? imposible, plus de mots.
Tout me parait grand, personne à l'aire de me comprendre. Il n'y a personne au monde capable de me faire sentir, pour une centaine de seconde la joie, le plessir..le rire, la vie quoi!
Je plonge une fois de plus dans mon lit...incapable de m'en sortir.
C'est la solitude qui m'entoure ce qui me fait mourir peu à peu...elle me noie...je pleure.
Je pleure toujours, même quand je ne me laisse pas voir.
J'EN AI MARRE DE TOUTE CETTE MERDE DE VIE! MON DIEU; QU' ELLE ME FICHE LA PAIX POUR UNE FOIS!
Et pourquoi pas le dire, pourquoi pas griter, griter et griter jusqu'a perdre la voix?
Pourquoi pas augmenter le ton? je veux que vous tous le sachez.

Aujourd'hui, je suis fachée avec le monde. Un monde qui ne m' a jamais aimé et qui m'en piege tout le temps. Un monde de fous qui m'engeule.

je pleure toujours.