miércoles, 17 de septiembre de 2008

El verano purifica el alma, ha sido mi medicina después de tanto tiempo entre las sombras, y ahora será recuerdo a seguir.

Ya esta bien de reproches, ya esta bien de castigar.
El verano me ha dado algo de luz, me ha hecho recordar cosas que creía olvidadas. El verano me ha hecho despertar de la pesadilla en la que me encontraba. Aún parece que no se ha ido completamente, pero ahora es diferente. Cuento con ayuda de algo que ha surgido en mi interior.
Algo que me ayuda a comprender, que me ha subido la moral.
Tantas horas libres dan mucho que pensar. El cambio de aires, la dulce brisa de las noches de verano que parecen ahora lejanas, ha sido una medicina efectiva.
Y no por ello, significa que esté en mi mejor momento, pero que en definitiva, hacía tiempo que no me encontraba así, junto a algo parecido a la ilusión por seguir adelante.
Y no, no se le puede llamar alegria, empiezo a pensar que la felicidad no existe como tal, que solo aparece por momentos, rara vez en la vida.
Puede que con el paso del otoño y posteriormente del invierno, dicha chispa se vaya debilitando, hasta desaparecer por completo, pero si que estoy segura que el recuerdo siempre perdurará. Y que siempre me recordaré a mi misma el porqué de mi lucha hacia delante.

No es año nuevo, pero para mi es como si lo fuera.
Ha pasado el verano y me he prometido algunas pautas para este curso. Pautas, que espero poder cumplir. Son reglas que me impongo, porque quizás las necesite para recordarme una y otra vez mis principios, mis sueños.

Entre ellas, he decidido que nunca más voy a autocastigarme como lo he hecho hasta ahora. A partir de hoy mismo, yo no voy a tener la culpa de nada, de absolutamente nada de algo que no implique a nadie más que a mi. Es decir, que voy a dejar de lado esa parte de mi conciencia que me dice lo mal que me he comportado o como he afrontado tal o tal situación. Ya está bien de pagar por algo que no va realmente conmigo, sino con mi forma de ser. Porque he descubierto que hay cosas que no se pueden doblegar a la forma de ser de cada uno. Hay cosas que por mucho que quieras cambiar no se puede. Porque viene de genes, y los genes son y estan pero no cambian.
A partir de ahora voy a intentar ver el lado positivo de la vida.
Para los males de amores, he decidido que la única solución es no pensar..., no pensar en falsas ilusiones que una se hace, y seguir adelante con lo mio. Sin hacer caso de lo que ocurra a mi alrededor. Si algún día alguien me dice que me quiere, pues entonces contemplaré la posibilidad, según las opciones que tenga. Pero sino, mejor dejarlo estar como está.
Por eso, a partir de ahora no voy a volver a hablar de "ella" en particular.

Estas y muchas más cosas, son las que voy a intentar implantar este nuevo curso. Para poder al fin, acercarme poquito a poco a uno de esos breves momentos de felicidad.

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