martes, 30 de septiembre de 2008

Vuelvo a sonreir


Ando por la calle, voy caminando tranquilamente por el centro historico.
Mis pantalones son anchos, se extienden por mis piernas transmitiendo una sensación inusual de soltura. Sobre mi espalda, cuelga una mochila, apoyada sobre mis dos hombros, algo descolgada. No pesa practicamente nada. La gente me mira, yo les sonrío.
Una sensación de satisfacción me invade, me siento bien.
Todo indica, o me lleva a interpretar, que domino la situación. No tengo nada que envidiar, como tampoco tengo nada especial.
Simplemente sonrío.
Mi mano izquierda sujeta una carpeta, no demasiado grande pero tampoco demasiado pequeña, donde parece ser que guardo trabajos de dibujo.
Giro la cabeza hacia la izquierda, con aire de curiosidad, y veo un callejón sin salida, con un graffiti que me llama la atención, en el leo las palabras: hors du temps.
Esa frase la he visto antes, en varios sitios diferentes. Son tres palabras francesas, sin significado aparente para muchos. En cambio, desde mi punto de vista, no es algo que pase desapercivido.

Vuelvo a mirar al frente, esta vez tuerzo a la derecha, y tras cruzar una larga calle, vuelvo a torcer a la derecha, una callejuela me lleva a una plaza grande, que me muestra al fondo la catedral.
Mis ojos miran hacia arriba, admirando la gradiosidad de la construcción.

Continuo mi camino, y vuelvo a sonreir. =)

jueves, 25 de septiembre de 2008

La libertad no existe como tal, su ilusión es la que nos engaña.

Ser libre no implica serlo únicamente en lo físico, sino también en lo moral.
Llamémosle moral, alma, consciencia, Alter ego o como se quiera. A efectos practicos, viene a ser lo mismo.
Todos llevamos algo dentro, algo que se mezcla con el plano oraganico y material, algo abstracto que condiciona a nuestro cuerpo. Es lo que, por ejemplo, nos diferencia de una planta. Ese ser irracional que genera pensamientos, que manipula información constantemente, supera grandes verdades de todo orden.
Es idiota pensar que se es libre cuando no se es realmente. Cuando nuestra parte inmaterial está encarcelada por cadenas que ella misma se impone. Ya sea por razones interiores como por razones exteriores.
Somos nosotros, nuestra consciencia, la que nos juzga y se hace verdugo de nuestro cuerpo, la que nos aprisiona y nos tortura sin piedad. Es la consciencia la encargada de que nada quede en el olvido, la que nos recuerda cada uno de nuestros pecados. Quienes somos, y qué somos.

Con todo, la única verdad aquí es que la libertad absoluta no puede existir. De hecho no existe.
Nos aferramos a sus representaciones, ilusiones, ideas vagas de lo que pudiera ser.

Pero, en realidad, jamás podremos tocarla.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

El verano purifica el alma, ha sido mi medicina después de tanto tiempo entre las sombras, y ahora será recuerdo a seguir.

Ya esta bien de reproches, ya esta bien de castigar.
El verano me ha dado algo de luz, me ha hecho recordar cosas que creía olvidadas. El verano me ha hecho despertar de la pesadilla en la que me encontraba. Aún parece que no se ha ido completamente, pero ahora es diferente. Cuento con ayuda de algo que ha surgido en mi interior.
Algo que me ayuda a comprender, que me ha subido la moral.
Tantas horas libres dan mucho que pensar. El cambio de aires, la dulce brisa de las noches de verano que parecen ahora lejanas, ha sido una medicina efectiva.
Y no por ello, significa que esté en mi mejor momento, pero que en definitiva, hacía tiempo que no me encontraba así, junto a algo parecido a la ilusión por seguir adelante.
Y no, no se le puede llamar alegria, empiezo a pensar que la felicidad no existe como tal, que solo aparece por momentos, rara vez en la vida.
Puede que con el paso del otoño y posteriormente del invierno, dicha chispa se vaya debilitando, hasta desaparecer por completo, pero si que estoy segura que el recuerdo siempre perdurará. Y que siempre me recordaré a mi misma el porqué de mi lucha hacia delante.

No es año nuevo, pero para mi es como si lo fuera.
Ha pasado el verano y me he prometido algunas pautas para este curso. Pautas, que espero poder cumplir. Son reglas que me impongo, porque quizás las necesite para recordarme una y otra vez mis principios, mis sueños.

Entre ellas, he decidido que nunca más voy a autocastigarme como lo he hecho hasta ahora. A partir de hoy mismo, yo no voy a tener la culpa de nada, de absolutamente nada de algo que no implique a nadie más que a mi. Es decir, que voy a dejar de lado esa parte de mi conciencia que me dice lo mal que me he comportado o como he afrontado tal o tal situación. Ya está bien de pagar por algo que no va realmente conmigo, sino con mi forma de ser. Porque he descubierto que hay cosas que no se pueden doblegar a la forma de ser de cada uno. Hay cosas que por mucho que quieras cambiar no se puede. Porque viene de genes, y los genes son y estan pero no cambian.
A partir de ahora voy a intentar ver el lado positivo de la vida.
Para los males de amores, he decidido que la única solución es no pensar..., no pensar en falsas ilusiones que una se hace, y seguir adelante con lo mio. Sin hacer caso de lo que ocurra a mi alrededor. Si algún día alguien me dice que me quiere, pues entonces contemplaré la posibilidad, según las opciones que tenga. Pero sino, mejor dejarlo estar como está.
Por eso, a partir de ahora no voy a volver a hablar de "ella" en particular.

Estas y muchas más cosas, son las que voy a intentar implantar este nuevo curso. Para poder al fin, acercarme poquito a poco a uno de esos breves momentos de felicidad.