viernes, 14 de diciembre de 2007

Destinos, caminos.


Son muchas las preguntas que me rondan últimamente por la cabeza. Cada nueva pregunta es diferente de la anterior, pero guarda en comun la imposibilidad de respuesta por mi parte. Es posible que cada uno de nosotros hayamos nacido con un proposito en la vida, algo que la gente usualmente llama destino. Hoy día no tengo en claro si creo o no creo en él, pero otro significado no le encuentro a la vida. Es posible que tambien no exista tal significado, que simplemente se nazca y se muera. Pero prefiero decantarme por la primera posibilidad.
¿Cual es el proposito de nuestra vida? ¿Cual es la misión que debemos cumplir? tales son las preguntas que me ocupan en estos tiempos.

Cuando me siento a pensar en los acontecimientos llevados a cabo últimamente, de mi actual depresión o como quiera llamarsele, me viene a la cabeza la imagen de mi abuela paterna. Creo que sería la única persona capaz de comprenderme. Lástima, la conocí tarde. Ella y yo nos hubieramos entendido muy bien.

No sin pena, dejo estas preguntas y dudas abiertas al exterior. Yo ya sé que jamás podré responderlas, pero albergo la esperanza que alguien exponga sus opiniones acerca de estas.

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