Ver la vida de otro color...
Soñar y soñar a todas horas. ¡Qué bonito es no tener preocupaciones ni dependencias!
Se respira tranquilidad.
Tranquilidad que será quebrantada de nuevo por asuntos que requerirán mi atención próximamente.
Pero por ahora prefiero no pensar, no pensar en nada, y dejarme llevar.
Volar. ¡Ohh, si fuera la libre gaviota que vuela sin destino sobre el mar!
huele a felicidad.
Mañana volveré a mirar el cielo para ver de nuevo esa estrella que me espera eternamente. Aquella que descansa y vela por mi, que me entrega a cada instante un poquito de su luz.
Ha llegado la hora de luchar, soldados. La hora de la batalla final. Y yo poco a poco me he ido preprando, hasta hoy. El sol reluce a su máximo esplendor, e ilumina todas las caras presentes.
Ya no importa quien sea el enemigo y quien no. Mi espada me devolverá la felicidad que un día perdi.
Es el momento de buscar dentro de mi, de mi pequeño baúl, los recuerdos del pasado, de cuando era niña. Y guardarlos muy dentro de mi, porque por ahora no los voy a necesitar más. Es el momento de vivir a la locura y de dejarse llevar por el destino. De dejar que los sueños por fin dejen de ser sueños y se hagan realidad.
Forjar un futuro, que pronto recordaré como pasado otra vez.
Vivir, sin preocupaciones, sin más problemas..., solo dejandome llevar.
...solo...
...me dejo llevar...
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