La madrugada canta, y albina te llama al despertar
La madrugada vive, reluce tu caminar.
¡Ay niña despierta que el sol ha salido ya!
Suelas de esparto tejen caminos de sombra y luz
De repente tus ojos rasgan la mañana,
soñadores de cuentos lejanos,
aromas olvidados.
Entrecortas el aire que siembras a tu paso
Ciegas al sol que ilumina tu belleza
y socavas el horizonte con tu mirada
triste y serena
¡Dime niña, ¿Quien te quitó la vida?!
¿Quien te quiso entre mentiras?
La seda acaricia tu suave piel
mientras los últimos rayos de la mañana
interceptan tus pupilas ermitañas
Los negros cuervos lloran
gemidos de oscura amargura
gritos en la noche sin desmesura
¡Dime niña, ¿Como puedo cesar tu negrura?
Que ya ni dormir puedo
Entre tanta locura
La madrugada se ha teñido de negro
La madrugada ha muerto en el intento.
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