La última batalla acecha de nuevo. Esta vez, más desafiante. Los solados suben la última cuesta antes de llegar a la cima. El enemigo, más inquebrantable que nunca, alza sus lanzas al frente dispuesto a asestar el último golpe.
Estamos cansados, hace meses que llevamos peleando sin descanso, nuestros músculos estan atrofiados ya... pero no nos detendremos. No dejaremos que el enemigo nos humille, ni por asomo. Nosotros somos más, y somos valientes. Pero por encima de todo eso, tenemos la convicción de que ganaremos. ¿No es eso suficiente para triunfar?
Estamos al límite, desvariando. Pero no nos detendremos, no nos vendremos abajo, pues podemos vencerles. Es cuestión de voluntad, de constancia y de no renunciar. No permitiremos que nos echen a los tiburones. Y aunque sea lo último que haga; me alzaré en pie, herida de muerte, desangrada, y por cada vez que la lanza del enemigo penetre entre mis entrañas, desgarradome, les devolveré la estocada más poderosa que haya lanzado nunca.
Mis uñas son garras que se clavan en la carne, mis dientes son ahora colmillos que se alimentan de sangre, mis ojos rojos son los de un vampiro sediento. Les venceré ya sean cientas las trincheras que intenten detenerme. Les arrasaré por más que ellos me atraviesen.
Ahora soy invencible, inmortal.
sábado, 23 de mayo de 2009
Último golpe
Etiquetas:
Lucha
Suscribirse a:
Entradas (Atom)